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Parte 1: La historia del catolicismo en Vietnam es una historia de encuentros culturales, tensiones políticas y religiosas, y de una comunidad religiosa resiliente que ha sobrevivido a períodos de persecución y discriminación. 

La introducción del catolicismo en Vietnam se remonta al siglo XVI, cuando misioneros jesuitas portugueses llegaron a la región de Cochinchina (la parte sur de lo que hoy es Vietnam). Los jesuitas encontraron una población que practicaba diversas religiones y tradiciones espirituales, incluyendo el budismo, el taoísmo y el confucianismo. Los misioneros jesuitas encontraron obstáculos en su tarea de difundir la fe católica, incluyendo la oposición de líderes locales y la hostilidad de los misioneros protestantes holandeses. Sin embargo, lograron ganar seguidores y establecer una presencia religiosa en la región.

En el siglo XVII, los misioneros franceses tomaron el relevo de los jesuitas portugueses y ampliaron la presencia católica en Vietnam. Los misioneros franceses se centraron en la educación y la formación de la élite local, creando escuelas y seminarios que formaron a muchos líderes políticos y religiosos vietnamitas. Uno de los misioneros más influyentes fue el jesuita francés Alexandre de Rhodes, quien llegó a Vietnam en 1624 y desarrolló un sistema de escritura vietnamita basado en el alfabeto latino. Esta innovación permitió la traducción de textos religiosos al vietnamita y facilitó la difusión de la fe católica.

Durante el siglo XIX, el catolicismo se convirtió en una fuerza política importante en Vietnam, con el apoyo de los misioneros franceses y de la Iglesia Católica en Francia. Los católicos vietnamitas se convirtieron en aliados leales del gobierno francés y participaron activamente en la lucha contra la resistencia vietnamita. La Iglesia Católica en Vietnam creció rápidamente en esta época, y muchos vietnamitas se convirtieron al catolicismo debido a su asociación con la educación, la asistencia médica y otros servicios sociales proporcionados por la Iglesia.

La relación entre los católicos y el gobierno vietnamita cambió después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Francia se retiró de Vietnam y se estableció un gobierno comunista en el norte del país. Los católicos vietnamitas, muchos de los cuales habían apoyado al gobierno francés, se encontraron en una posición difícil bajo el nuevo régimen.

Durante la guerra de Vietnam, que se libró desde 1955 hasta 1975, la Iglesia Católica en Vietnam se dividió entre los partidarios del gobierno de Vietnam del Sur, que recibió apoyo de los Estados Unidos, y los partidarios del gobierno comunista de Vietnam del Norte. Los católicos del sur se convirtieron en objetivos frecuentes de ataques por parte de los insurgentes comunistas, mientras que los católicos del norte enfrentaron la discriminación y la represión por parte del gobierno. Después de la reunificación de Vietnam en 1975, los católicos del sur enfrentaron la discriminación y la marginación por parte del gobierno comunista. Muchos católicos huyeron del país como refugiados, mientras que otros se unieron a la oposición al gobierno. 

En el siglo XXI, la situación política y religiosa de Vietnam sigue siendo compleja y controvertida. A pesar de que el país ha experimentado un rápido crecimiento económico y una mayor apertura en las últimas décadas, el gobierno comunista de Vietnam sigue ejerciendo un control significativo sobre la sociedad y limitando la libertad política y religiosa. En términos políticos, Vietnam es un estado socialista de partido único, y el Partido Comunista de Vietnam es el único partido legal en el país. El Partido Comunista controla el gobierno, el ejército y los medios de comunicación del país, y ejerce un control estricto sobre la sociedad y la economía. A pesar de algunas reformas políticas y económicas en las últimas décadas, el gobierno de Vietnam sigue siendo altamente autoritario y limita la libertad de expresión, la libertad de prensa y la libertad de asociación. Las voces disidentes y los grupos políticos y religiosos que se consideran una amenaza para el régimen son a menudo reprimidos y perseguidos.

En cuanto a la situación religiosa, Vietnam es un país multirreligioso en el que la mayoría de la población practica religiones tradicionales como el budismo, el taoísmo y el confucianismo. La Iglesia Católica es la religión cristiana más grande del país. A pesar de que la Constitución de Vietnam garantiza la libertad de religión, en la práctica, el gobierno ejerce un control significativo sobre las actividades religiosas y limita la construcción de lugares de culto. Los grupos religiosos que se consideran “subversivos” o que están vinculados a la oposición política a menudo enfrentan medidas enérgicas por parte del gobierno.

Las relaciones entre el gobierno vietnamita y la Iglesia Católica han mejorado desde entonces, y la Iglesia Católica ha recuperado cierta libertad y capacidad para operar en Vietnam. Sin embargo, los católicos siguen enfrentando obstáculos y restricciones, y se han producido episodios de violencia y persecución en algunas zonas del país. Uno de los casos más notorios de persecución ocurrió en la provincia de Quang Binh en 2017, donde las autoridades locales intentaron cerrar varias iglesias católicas y detuvieron a varios sacerdotes y feligreses. Según los informes, las autoridades alegaron que las iglesias habían sido construidas sin permiso y que los sacerdotes habían incitado a la población a oponerse al gobierno. En otra provincia, Nghe An, los católicos también han enfrentado hostigamiento y violencia por parte de grupos extremistas. En 2018, un grupo de hombres armados atacó una iglesia católica en la aldea de Dong Khe, hiriendo a varios feligreses y destruyendo la propiedad de la iglesia. Las autoridades locales inicialmente negaron que se tratara de un ataque dirigido contra los católicos, pero más tarde reconocieron que el ataque había sido motivado por razones religiosas.

Además de la violencia física, los católicos en Vietnam también han sido objeto de discriminación en el acceso a servicios públicos. Por ejemplo, en algunas zonas del país, los católicos han sido excluidos de los programas de educación y atención médica patrocinados por el gobierno. También se ha informado de casos en los que los católicos han sido objeto de discriminación en el empleo y en el acceso a la vivienda. En respuesta a estas violaciones de los derechos humanos, la Iglesia Católica en Vietnam ha denunciado públicamente la discriminación y la persecución contra los católicos y ha trabajado para promover la justicia social y la dignidad humana. Por ejemplo, la Iglesia ha organizado manifestaciones pacíficas y ha presionado a las autoridades para que respeten los derechos de los católicos y de otras minorías religiosas en el país.

Actualmente, los católicos constituyen aproximadamente el 7% de la población de Vietnam, y la Iglesia Católica sigue siendo una fuerza importante en la sociedad vietnamita, con una amplia gama de instituciones y organizaciones que prestan servicios sociales y educativos a la población.

 

Anna Moya
Profesora ISCR Don Bosco

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