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Hace tiempo que percibimos que la información que recibimos tiene cada vez más carga ideológica y que dentro de la información se cuelan informaciones falsas de forma interesada. Saber cómo se generan estas noticias, por qué se generan y cómo nos afectan es importante para llegar a entender nuestra realidad.

Para comprender mejor este concepto es bueno ponerlo en contexto con la posverdad o la sociedad líquida que vamos en camino de convertir en gaseosa. Según la RAE la posverdad es: “f. Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”. 

Las fake news son noticias falsas o falseadas, información falsa en forma de artículo, imagen o vídeo que se presenta como real y cuyo objetivo es manipular la opinión pública. Los socialbots (robots sociales) son los encargados de difundir fake news en las redes sociales, comentando, compartiendo o retuiteando el contenido. Al compartir las noticias en las redes sociales por medio de socialbots, que simulan ser usuarios humanos, se difunden noticias falsas aún más rápido, con un grado de visibilidad muy alto en muy poco tiempo.

Las empresas utilizan socialbots con fines comerciales, por ejemplo, para simular que sus productos tienen una mayor popularidad y también para redactar valoraciones positivas sobre estos, pero también se emplean con objetivos políticos, de modo que influyen en la discusión pública posicionándose por un determinado partido o político y desacreditando al oponente. Los socialbots se valen de cierta desinformación, por lo que no sorprende que esta tecnología se asocie normalmente a términos como “fake news” (noticias falsas), “hate speech” (discurso del odio), “filterbubbles”, es decir, filtros burbuja por los que solo nos llega la información en la que estamos interesados o “bucles de retroalimentación” que amplifican la difusión de una notícia.

Dependiendo de su función, los bots no son fácilmente perceptibles por los humanos, realizan sus tareas en un segundo plano o se hacen pasar por humanos (o incluso imitan el comportamiento de las personas). Sus principales usos son: rastreadores de WEB, asistentes digitales como Alexa de amazon o OK google, vídeo jugadores virtuales o bots sociales.

Cuando hablamos de bots sociales nos referimos a bots ocultos que se utilizan en las redes sociales. Estos trabajan tanto de forma repetitiva como reactiva, es decir, clican en “Me gusta”, comentan, retuitean e intentan provocar a otros usuarios o involucrarse en las conversaciones.

Un estudio de Incapsula en 2016 (1) dio como resultado que más de la mitad del tráfico de Internet a nivel mundial está generado por bots, el 30 por ciento de los cuales son denominados como bad bots (robots malos).

Para desarrollar un bot social simple no se necesitan muchos conocimientos técnicos, pues con las herramientas adecuadas pueden crearse socialbots aún sin grandes conocimientos en programación. Asimismo, es igual de fácil acceder a cuentas de usuario falsas: estas pueden crearse de nuevo usando generadores online o mediante un iniciador humano que compre cuentas falsas ya existentes, es lo que se conoce como granjas de bots que se sospecha que tienen los gobiernos de diferentes estados.

Hay básicamente tres tipos de bots sociales: Bots de sobrecarga (un bot de sobrecarga es aquel que inunda las conversaciones online con sus comentarios).Trending bots (bots para crear tendencias), los trending bots también trabajan mejor en equipo. Si gran cantidad de bots de redes sociales cogen de forma coordinada un determinado hashtag, pueden conceder un amplio alcance a comentarios sobre un tema. En última instancia están los Bots auto troll (distraer la atención), estos bots actúan solos y su objetivo es intentar distraer a los usuarios que hayan expresado su opinión sobre un tema determinado e involucrarlos en una conversación para distraerlos.

Para reconocer las noticias falsas, en especial en los entornos virtuales, se debe tener en cuenta algunos protocolos. Comprobar el emisor, en las redes sociales, revisar el perfil del emisor antes de compartir una publicación. Hacerse las siguientes preguntas:

¿Desde cuándo existe su cuenta? ¿Tiene el símbolo azul de verificación? ¿Cuántos amigos y seguidores tiene? ¿Qué tipo de publicaciones comparte normalmente sobre el tema? Las cuentas creadas recientemente, con pocos amigos o seguidores y con contenido sensacionalista indican que puede tratarse de un socialbot o de un trol que difunde fake news.

Las noticias falsas son tan antiguas como la civilización. Los bulos y la manipulación de la verdad en beneficio propio es una cosa que se ha hecho siempre, la diferencia es que ahora, gracias a las redes sociales, la información se puede generar por mucha gente y el bulo puede adquirir dimensiones muy importantes y ser recogido incluso por medios periodísticos y generar una supuesta veracidad, siendo muy difícil saber de dónde viene. Sabemos que las noticias falsas benefician a gobiernos, movimientos económicos y sociales potentes y que se gastan recursos económicos para poder ser muy discretos y eficaces en las redes sociales y así poder utilizar los recursos en beneficio propio y no en la promoción de la objetividad o la diversidad de pensamiento. Los católicos no debemos olvidar que tenemos una buena noticia que ofrecer al mundo: el evangelio; una noticia en la que se muestra la verdad que mueve nuestras vidas y el amor, un amor que proviene de Dios, que nos inunda, desborda y necesitamos compartir.

José Antonio Peña Morales
Alumno de Licencia en Ciencias Religiosas


(1) https://www.incapsula.com/blog/bot-traffic-report-2016.html

Extracto del trabajo realizado para la asignatura Pastoral en los medios de comunicación social

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