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“…en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra.” (He 1,8) En esto consiste lo que llamamos missio ad gentes. Solo Facebook, como la red social más grande y más popular en el mundo, tiene más de 1.800 millones de usuarios mensuales activos. Si esta fuera un país, sería el país más grande del mundo. Y si Jesús nos invita, o mejor nos manda, ser sus testigos “hasta el confín de la tierra”, ¿cómo podemos omitir este nuevo “continente”?

Como dice Elías Brasil: «Los apóstoles y otros cristianos primitivos hicieron uso de los últimos avances tecnológicos para difundir el mensaje del evangelio con más rapidez. No está lejos de la verdad decir que la iglesia apostólica siempre estaba dispuesta a utilizar la tecnología más eficaz para llevar adelante la obra de Dios.» Hoy en día una de las herramientas más eficaces que podemos usar con este fin son precisamente las redes sociales como Instagram, Facebook, Youtube, Twitter o Tik Tok.

La primera y principal razón para estar presente en el mundo de las redes sociales es, por tanto, el mandato de Jesucristo, de ser sus testigos en todo el mundo. Ya sea como organización o como persona privada, mi sola presencia es importante. La gente nota nuestras actitudes, nuestros comentarios y publicaciones, se da cuenta de a quién seguimos, a quién compartimos. Todo esto forma parte de nuestro testimonio.

El periodismo tiene el triple objetivo de formar, informar y entretener. Hoy en día las redes sociales sirven precisamente para esto. Cada uno de nosotros se dedica a algo, ha estudiado algo, entiende de algo, ya sea un conocimiento técnico o bien humanístico. Si compartimos nuestra experiencia y conocimiento, podemos construir juntos un mundo mejor y contribuir a su desarrollo. Muchas veces no lo hacemos por miedo, por humildad o por subestimarnos.

Muchos profesores están presentes en Tik Tok, la red social de más rápido crecimiento en la actualidad. «No puedes enseñar matemáticas en Tik Tok, nadie te seguirá», escuchaban a menudo. Hoy tienen miles, algunos millones de seguidores en todo el mundo. También hay muchos sacerdotes, religiosos y religiosas, que entretienen a la gente con bailes y videos divertidos o solamente comparten algo de su vida, pero también responden a las preguntas de la gente. Preguntas relacionadas con la fe, con la religión, con Dios. Esto no son clases de teología, pero tampoco el público son personas que vienen a escuchar una ponencia de dos horas de un teólogo. La gente no está buscando a las palabras sino a testigos que viven sus propias palabras. Hoy en día las redes sociales como Tik Tok o Instagram se han convertido en una herramienta más que eficaz para el primer anuncio del Evangelio. El segundo motivo de nuestra presencia es, pues, anunciar, enseñar, formar y compartir.

Tenemos que tener en cuenta, que todos somos comunicadores. Lo importante es lo que comunicamos. En 1995, el hoy santo, Juan Pablo II escribió en Ecclesia in Africa que “Los modernos medios de comunicación social no son solamente instrumentos de comunicación, sino también un mundo que hay que evangelizar. Hay que asegurarse que, en los mensajes que transmiten, se propongan el bien, la verdad y la belleza.” Nosotros, como cristianos, podemos y debemos llenar las redes precisamente con estos valores. Pero especialmente en estos tiempos difíciles tenemos que llenarlas también con amor, buen humor y esperanza. Hemos de comunicar lo bueno que se hace en el mundo, darlo a conocer.

Y finalmente, una cosa importante: la cuestión de los números. A veces nuestra presencia nos parece muy poco significativa. La mayoría de nosotros probablemente no alcancemos una cantidad vertiginosa de seguidores. Pero ¿Cuántos seguidores tenía Jesús al principio? ¿Cuántos jóvenes cuida el formador en el noviciado? ¿Cuántas personas vienen a la Santa Misa durante la semana? ¿A cuántos niños enseña un educador en la escuela? Lo que importa no es cuántas personas nos están siguiendo, sino qué les ofrecemos. Nuestra significancia no está en números. Nuestra significancia radica en si respondemos a las preguntas y necesidades de nuestros seguidores.

Daniel Imriška
Alumno de Licencia


(Extracto del trabajo realizado para la asignatura Pastoral en los Medios de Comunicación Social)

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